Si una persona no come alimentos saludables es probable que no tenga fuerza. Que engorde y se sienta cansado. Que se agite al correr y su piel se vea opaca. Lo mismo sucede en la naturaleza. Las plantas necesitan de una tierra saludable para nutrirse y así desarrollarse en tiempo y forma.
Por eso hoy nos dedicamos a conocer algo más sobre las condiciones del terreno en el que plantamos margaritas y gardenias, limoneros, tulipanes y helechos.
Tierra con abono.
La tierra es fuente de nutrición para las plantas, es la que le ofrecerá todo lo necesario para que desarrollen la fotosíntesis y así puedan crecer. Por eso, es importante abonar la tierra para así enriquecerla y ofrecer todo lo que las plantas necesitan.
Puedes elegir los de tipo químico o los naturales, siendo estos últimos los más idóneos si es que te interesa que las plantas se desarrollen en un hábitat natural y sin entrar en contacto con agentes artificiales.
Dentro de este último grupo puedes encontrar diferentes tipos de abonos: materia orgánica, cenizas, aserrín, estiércol, humus de lombriz.
Abonos naturales.
No es la primera vez que hablamos de abonar la tierra con materia orgánica pero nunca está de más repetirlo: recicla todos los deshechos naturales de tu dieta diaria y forma un compost para abonar la tierra. Lo ideal es abonar con materia orgánica al menos dos veces al año aplicando una capa de unos 2 cm de grosor.
Otra alternativa es crear un abono natural con una mezcla de aserrín y estiércol, en una proporción de 75% a 25%. Luego de mezclar muy bien deja que repose durante unos días para luego aplicarlo en la tierra.
El humus de lombriz es un abono natural muy utilizado pues tiene grandes nutrientes además de otras sustancias que ayudan a que las plantas desarrollen mejor y por último están las cenizas de madera que son idóneas para la tierra. Pueden ser de madera dura o blanda y aportan minerales como fósforo, magnesio, potasio y carbonato de calcio. Ahora bien, si quieres cultivar plantas que necesitan de una tierra ácida evita este abono pues la ceniza reduce el PH de la tierra.
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